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Intolerancia a la lactosa

Qué es y posibles síntomas

La intolerancia a la lactosa se define como la digestión defectuosa de la lactosa debido a la deficiencia de lactasa (hipolactasia). Para ser digerida y posteriormente absorbida es necesario que la lactosa sea hidrolizada en sus monosacáridos constituyentes, la galactosa y la glucosa.

Cuando la actividad lactásica es inadecuada, la lactosa llega al colon donde es fermentada por la flora intestinal y se producen ácidos grasos de cadena corta, sobre todo hidrógeno (H2), dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4), responsables de los síntomas del paciente.

Dichos síntomas serían el dolor y la distensión abdominal, las náuseas, los borborigmos, el aumento de la motilidad y/o la flatulencia.

 

La intolerancia a la lactosa también engloba manifestaciones extraintestinales como cansancio, cefalea, mareos y dolor muscular y articular, entre otras.

 

El grado de deficiencia del enzima lactasa no se correlaciona con la expresión clínica de la intolerancia a la lactosa.

La presencia de comorbilidades como ansiedad, depresión, síndrome de intestino irritable u otros trastornos gastrointestinales funcionales también se encuentran entre los factores asociados con la presencia o no de síntomas gastrointestinales.

 

La intolerancia a la lactosa puede deberse a un déficit primario (congénito o tardío) o secundario de lactasa.

Déficit primario: La deficiencia de lactasa congénita es un desorden heredado en el periodo neonatal debido a la ausencia de actividad lactásica y se caracteriza por diarrea intensa, deshidratación, pérdida ponderal acentuada y alteraciones electrolíticas graves.

 

El déficit de lactasa tardío, conocido como hipolactasia, es el subtipo más común. Es una condición heredada genéticamente que causa una reducción progresiva de la actividad de la lactasa a partir de los 2-3 años. Afecta de forma global en torno a dos tercios de la población mundial.

 

Déficit secundario: El déficit secundario de lactasa ocurre tras un daño en la mucosa del intestino delgado causada por una condición fisiopatológica subyacente, como una diarrea viral intensa, sobrecrecimiento bacteriano o la enfermedad celiaca. Puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más común en la infancia. Suele ser transitoria y reversible.

Diagnóstico y Tratamiento para la Intolerancia a la lactosa

Diagnóstico para la Intolerancia a la lactosa

Existen diversos test diagnósticos para la malabsorción de la lactosa, entre los que destacan la determinación de la actividad lactásica en muestra de biopsia intestinal, la determinación de glucemias tras ingesta de lactosa, el test de hidrógeno espirado (BHT) y el test de metano espirado (BCH4T) tras sobrecarga de lactosa.

Tratamiento para la Intolerancia a la lactosa

El objetivo terapéutico de la intolerancia a la lactosa es reducir o evitar los síntomas derivados de su malabsorción. La principal finalidad es disminuir la llegada de lactosa no digerida al colon, mediante la reducción del aporte de lactosa.

 

Alimentos e ingredientes prohibidos (alto contenido en lactosa)

 

Alimentos: leche vaca, leche en polvo, batido de leche, derivados lácteos, nata y quesos frescos o fermentados, mascarpone, quark, feta, crema de leche, postres lácteos, margarina, mantequilla, helado, salsa bechamel.

 

Ingredientes y aditivos: lactosa, monohidrato de la lactosa, azúcar de la leche, sólido lácteo, suero de leche, suero en polvo, cuajo, cuajada, grasas de leche.

Alimentos y productos que deben limitarse en función de la tolerancia individual

Alimentos: pan, bollería, fiambres, embutidos, sucedáneos de huevos y batidos, purés, precocinados, cereales enriquecidos, aderezo de ensaladas y mayonesas…

 

Productos: medicamentos, complejos vitamínicos y dentífricos.
Una dieta sin lactosa mejora la sintomatología gastrointestinal. En pacientes con intolerancia a la lactosa y síntomas persistentes a pesar de la reducción de la ingesta de lactosa, se deben plantear otros diagnósticos alternativos, principalmente el síndrome del intestino irritable (SII).

 

La reducción del consumo de leche precisa consumir suplementos o alimentos ricos en calcio como sardinas, salmón, gambas, espinacas, tofu, judías, brócoli y exponerse al sol para favorecer la absorción de vitamina D. El calcio es necesario para el normal crecimiento y desarrollo de los huesos y para mantener una adecuada densidad y masa ósea. Los pacientes con intolerancia a lactosa consumen menos calcio y están en mayor riesgo de presentar fracturas y osteoporosis.

Otras opciones

Usar suplementos con lactasa como adyuvantes a la dieta sin lactosa, ya que pueden mejorar la digestión y reducir la sintomatología. No debe sustituirse por la dieta sin lactosa y se recomienda su uso ocasional antes de ingerir alimentos con lactosa.

 

Asimismo, un verdadero suplemento enzimático de lactasa sería el yogur, ya que la lactosa que contienen se digiere mejor debido a las bacterias contenidas en este producto lácteo (sobre todo Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus) las cuales poseen su propia lactasa que facilita la autodigestión en yeyuno e íleon antes de alcanzar el colon.

 

Otra opción sería el kéfir que, gracias a su doble fermentación, descompone la leche en nutrientes más simples, más digestivos y más tolerables para personas con intolerancia a la lactosa. Aporta lactosa hidrolizada, ácidos grasos libres y una elevada concentración de enzimas proteolíticas.

Bibliografía

  • Lactase Persistence, Dietary Intake of Milk, and the Risk for Prostate Cancer in Sweden and Finland”, Suvi Torniainen, Maria Hedelin, Ville Autio, et al. March, 2007. American Association for cancer research.
  • El yogur y recomendaciones dietéticas en la intolerancia a la lactosaR Saborido, R Leis – Nutrición Hospitalaria, 2018 – SciELO Espana
  • Parasitosis intestinales en pacientes con malabsorción a lactosa y/o fructosa. Valoración del efecto de la terapia combinada (farmacológica y nutricional). ST Ferrer – 2019 – dialnet.unirioja.es
  • Intolerancia a la lactosa. BJG Rodriguez – Revista andaluza de patología digestiva, 2019 – dialnet.unirioja.es

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