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La menopausia es la pérdida de la actividad folicular ovárica y se conoce como la pérdida de la menstruación por un período mínimo de 12 meses seguidos.
Se produce por la reducción de las hormonas estrógenos y progesterona y el aumento de la LH y FSH. Estos cambios tienen una repercusión a diferentes niveles: fisiológico, físico, psicológico…por lo que es una etapa de gran importancia para adquirir/mantener unos hábitos saludables.
Esta sintomatología ha demostrado reducirse con la actividad física.
Además, nosotros, desde el punto de vista dietético, podemos ayudar al tratamiento de los síntomas y a la mejora de la salud en general.
A partir de la menopausia y, debido a los cambios hormonales, se produce una pérdida de la masa ósea. Así pues, es importante asegurar una ingesta de calcio, a través de alimentos como los lácteos, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas y pescados azules pequeños y con espina y mantener unos niveles adecuados de vitamina D, asegurando una exposición al sol de, al menos 30 min/día e ingiriendo alimentos ricos en vitamina D como los pescados azules, frutos secos y semillas, huevo y bebidas vegetales o cereales enriquecidos, a fin de evitar una posible osteoporosis.
De igual forma, los cambios hormonales suponen una diferente distribución de la grasa, que, a partir de la menopausia tiende a acumularse grasa abdominal, por lo que el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular aumenta, para frenarla debemos: