Aquí tenéis los 7 consejos para luchar contra los excesos:
Las comidas navideñas se acercan y el miedo a subir de peso es cada vez más palpable.
Muchas veces se dice que es inevitable y que «ya lo perderé una vez iniciamos el año nuevo», pero… ¿Realmente hace falta? ¿No podemos evitarlo antes?
No beber bebidas azucaradas o carbonatadas durante las comidas.
Cada comida de Navidad es suficientemente contundente como para añadir una bebida con energía de más. Así que, mejor acompañar las comidas con agua y, si la ocasión lo hace, pues, con una copita de vino o con una copita de champán para brindar. Pero el agua debe ser la bebida principal de la comida.
No te saltes comidas ni ayunos.
Muchas veces cuando tenemos una comida importante no almorzamos pensando en: ya comeré a la hora de comer. Esto nos puede jugar una mala pasada, ya que el hecho de llegar a la comida con más hambre puede provocar comida sin control y, por tanto, comer más.
Será importante que mantengamos el apetito a raya con cada ingesta.
Come lento.
Es importante que disfrutemos de la comida y de la compañía de cada fiesta, así que debemos procurar comer lentamente y saborear cada uno de los alimentos.
Debemos tener en cuenta que la digestión comienza en la boca con la saliva, así que masticar bien será importante de cara a tener una buena digestión y saciarnos antes.
No utilizar más aceite en los platos.
Las comidas suelen ser abundantes de cantidad, pero también suelen tener un poder calórico elevado. Por tanto, hay que evitar añadir más aceite a las comidas. Debemos recordar que cada cucharada sopera llena de aceite equivale a 100kcal. Así que precaución.
Haz que el resto de comidas sean más ligeras.
Después de comidas navideñas muy contundentes, deberemos intentar que las siguientes sean más suaves, introduciendo variedad de verduras y hortalizas, así como también alguna fuente proteica de buena calidad.
Acompaña cada una de las comidas de esta Navidad con una ración de verduras u hortalizas.
Las verduras y hortalizas son muy ricas en fibra, dando un efecto saciante que provoca que no comamos otros alimentos poco saludables y altamente calóricos. También nos ayudará a no absorber algunas de las grasas que podamos comer, ya que la fibra dentro del intestino capta cantidades importantes de agua provocando geles viscosos que éstas arrastrarán las grasas hacia fuera de nuestro organismo.
Una buena opción podría ser: verdura, crema, ensalada, escalivada o gazpacho.
Hacer ejercicio.
Por muchas fiestas que estemos el deporte debe ser un hábito importado en nuestro día a día, así que las comidas familiares u otras obligaciones que tengamos no deben suponernos la excusa perfecta para dejar de hacer deporte. Todos tenemos 30 o 40 minutos al día para poder realizar ejercicio físico. Si encima de comida más dejamos de hacer deporte, ya sabemos lo que supondrá.